Malas noticias

Hay días que no deberían existir, yo los borraría del calendario, aunque a veces no sabes bien cuales van a ser, te levantas por la mañana y presientes que algo no funciona, es como si en lo más profundo de tu cerebro existiera un sistema de alarma permanente que te avisa en momentos puntuales y cruciales para que tomes medidas, debe ser parecido a ese instinto que poseen los animales cuando se ven acosados por un fenómeno que atenta a sus vidas, inundaciones, fuego etc.., hay claros ejemplos de ello, como el caso del tsunami que afectó la costa asiática y en el que murieron miles de personas y sin embargo se salvaron los animales, algo de eso debe de haber aunque no está demostrado.
Esos días casi siempre vienen precedidos de una mala noticia o al menos inesperada, te descoloca y trastorna todo lo que tenias pensado y ahora debes actuar, se supone con alguna respuesta adecuada, aunque muchas veces nos quedamos paralizados sin saber que hacer o decir, necesitamos algunos minutos para reaccionar, bien sea con alguna respuesta emocional, llanto, risa, silencio...o algo más elaborado que nos saca del apuro. Casi siempre el que da la mala noticia suele jugar con cierta ventaja, conoce el suceso, lo ha vivido, ha actuado y puede jugar con los tiempos ¿Cómo lo cuento? ¿A quién? ¿En qué momento y lugar? Nunca es plato de buen gusto porque aunque quieras ser aséptico al contarlo alguna cosa te implicara, las circunstancias de los receptores de la noticia, un gesto de cariño o afecto de los allegados, harán que te desplomes y te acerques y participes en la tragedia que cuentas, porque querido amigo al fin y al cabo tienes una cosa en común con ellos……eres un ser humano

Buenos días

Marques del Titán